Fernando y Beatriz son el ejemplo de cuando una pareja hace las cosas con estilo,
de cuando proyectan una boda con las cosas claras y saben perfectamente
que quieren sentir, que quieren compartir y que quieren vivir.
Buscaron un lugar idílico que les permitiera celebrar una boda íntima entre amigos y familia,
porque a ellos sobretodo les gusta compartir momentos, momentos con las personas que
quieren, que llenan su vida y su boda no podía ser de otra manera.
Un lugar donde la ceremonia fuese al aire libre, bañados por la luz amable y mágica de una
puesta de sol que lanzaba rayos entre la arboleda,
que envolvía el ambiente de dulce intimidad y romanticismo,
para dejarse llevar por las emociones y los sentimientos, para entregarse y prometer amor,
para invitar a entrelazar las manos entre sonrisas cómplices y abrazos sinceros.
Todas estas sensaciones hicieron que Beatriz llenase con una presencia de soberbia elegancia y belleza el
lugar y los ojos de Fernando, que en algunos momentos dejaron que las lágrimas asomasen y se deslizaran
por sus mejillas encendidas, deleitando a nuestra cámara con imágenes de emociones, belleza y sentimientos,
la verdadera esencia de nuestras fotografías de boda.
Luego un delicioso cocktail disfrutando del entorno en la preciosa sierra de Segovia,
que hacía que todo fuera bucólico y elegante, invitando a disfrutar del ambiente
familiar y placentero, compartiendo risas y bienestar. Fernando y Beatriz siempre allí como uno más,
sin afán de protagonismos y grandilocuencias, dejándose llevar por el plácido momento y el ambiente entrañable.
Porque así son las bodas de hoy, bodas donde lo importante es compartir, dejarse llevar por los sentimientos y emocionarse,
para poder sentir que ha sido una boda que nos ha completado como personas y hemos hecho lo
que queríamos, declarar nuestro amor gritándolo al mundo, declarándolo sin tapujos,
siendo verdaderamente humanos, porque no hay nada más humano que amar,
y nada más valioso que ser y sentirse amado.
Comentarios recientes