Las fotos de boda de Jorge y Almudena contienen todas esas emociones
y sensaciones que buscamos en nuestros reportajes de boda,
contienen belleza, alegría, emotividad, momentos espontáneos, fotorreportaje
y fotografía creativa que ensalza la plasticidad y belleza que rodea una boda.
Almudena utilizó algo que se está volviendo poco a poco habitual en nuestros trabajos de boda,
nos solicitó hacerse unas fotografías boudoir el mismo día de su boda.
En estos casos estas novias quieren aprovechar una serie de elementos especiales que aparecen este día,
la belleza y elegancia de la lencería de boda, el peinado y la sutileza de un maquillaje especial,
a la vez que la emotividad del momento, junto con algo que lo hace esencial y lo llena de significado
como es la confianza de que vamos a conseguir unas imágenes en las que aflora la belleza, exquisita finura y delicadeza,
vestidas de sensibilidad y emotividad para finalmente guardar siempre unas fotografías
que las ensalza en su belleza y el glamour de la imagen especial de su gran día.
La ceremonia se ofició en el Cerro de los ángeles, un lugar privilegiado de fuertes convicciones religiosas
en las que siempre acompaña el tradicionalismo en las ceremonias y que tiene una gran belleza
por su majestuosidad y las enormes vistas.
Siempre utilizamos los elementos que jueguen a nuestro favor para conseguir que nuestras fotografías
puedan tener un mayor impacto y valor visual,
en este caso Jorge y Almudena tenían alquilado un coche de época que nos dio la idea
de buscar un entorno abierto y natural para eliminar cualquier elemento que fuese anacrónico con
este coche, de tal manera que pudiésemos dibujar una fotografías atemporales y románticas.
Finalmente lo celebraron en La finca Solimpar, como siempre las sorpresas, el buen humor,
las emociones que acompañan a los momentos generosos y que siempre hacen florecer sentidas emociones
que nos dejan constancia del verdadero valor y significado de una boda.
También en este caso finalizamos con uno de nuestros photocall que combinan el humor,
las ganas de pasarlo bien y la posibilidad de que una gran parte de los invitados participe
de las fotografías de boda de cada pareja.
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