Christian y Carolina son el ejemplo de cuando una pareja se
complementa y están destinados a
estar juntos y unirse en una boda para toda la vida.
Carolina es puro nervio y carácter, para ella todo es motivo
de tensión, euforia e intensidad. No conoce la
paciencia y es capaz de hacer pensar que se acerca un
huracán en cuanto ella llega.
Christian es la balanza que equilibra esta perfecta ecuación,
pausado, reflexivo y sereno es capaz de saber llevar
los embates de Carolina con temple y capacidad de
diálogo y negociación sabiendo llegar
a las opciones más equilibradas y razonables, dialogando con Carolina
con amor, dedicación y verdadero cariño.
Y esto es lo ideal en una pareja que opta por casarse y unir
sus vidas para siempre.
Saber complementarse, ser el equilibrio que crea una
unión sostenible, saber dialogar y comprender al otro,
respetar el carácter individual y entender que siempre hay diferencias,
y que esas diferencias enriquecen y nutren esa unión.
Eso es el matrimonio, eso es dar sentido al hecho de celebrar una boda.
Decidieron celebrar su boda en una preciosa finca de Brunete,
Finca La Alcudia, en Madrid. Un lugar que se prestaba perfectamente
a hacer una ceremonia íntima, llena de emociones y sentimientos
abiertos y sinceros, junto a un coro rociero muy al gusto de
Carolina, donde tanto su vestido de novia, sus zapatos, complementos y
rincones decorados de la finca recordaban ese gusto suyo por lo
flamenco y los aires andaluces.
Esta finca nos brindó la oportunidad de hacer unas fotografías
originales, llenas de romanticismo con luces mágicas del
atardecer, aprovechando infinitos rincones originales
y diferentes para conseguir captar lo que todos
esperan, que se entregan y se aman.
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